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De la tierra a Kenia

La Nairobi del año jubilar ha vuelto a abrir sus puertas a la exposición “De la tierra a las gentes”, una iniciativa de la archidiócesis que ha implicado a casi 3.500 visitantes. Para muchos ha sido la ocasión de conocer la historia de sus propios orígenes cristianos

Giuliano Imbasciati

Del 14 al 28 de octubre de 2000, se exhibió en Nairobi (Kenia) la exposición “De la tierra a las gentes: la difusión del cristianismo en los primeros siglos”. Se trataba de una reproducción fotográfica en versión didáctica de la exposición arqueológica organizada por el Meeting de Rímini en 1996.
No era la primera vez que se mostraba en Nairobi, donde ya estuvo en 1997, pero con ocasión del Gran Jubileo del año 2000, el movimiento de Comunión y Liberación de Kenia propuso al Comité para el Jubileo de la archidiócesis repetir la exitosa experiencia de 1997 en una sede más central y significativa: el salón de la basílica de la Sagrada Familia, anexo a dicha construcción. Esta es la catedral de Nairobi, a la que los fieles han acudido en peregrinación durante todo el año para obtener la indulgencia.

En el Telediario
Dado que se trataba de una iniciativa de la archidiócesis, la exposición fue inaugurada oficialmente por el arzobispo Raphael Ndingi Mwana’a Nzeki, y contó con la presencia de los periódicos nacionales y de otros huéspedes ilustres, entre los que estaba el embajador italiano. Para esta ocasión tan especial acudió de Uganda el doctor Giuliano Gargioni para ofrecer a los invitados y visitantes de las diversas secciones una introducción general a la exposición. Después de dar el pistoletazo de salida, les guió en el recorrido por los distintos paneles. Y el telediario nacional dedicó unos minutos a la inauguración.
Lo que más ha sorprendido ha sido el gran interés y el entusiasmo por la exposición en sí. Y no sólo de los visitantes, que han acudido en gran número, sino también de los guías que han trabajado interrumpidamente durante dos semanas. Había bastantes guías, ya que asistieron muchos grupos de visitantes: sacerdotes, monjas, estudiantes procedentes de parroquias, colegios, universidades, y también gente de a pie. Al término de la exposición se habían contabilizado casi 3500 visitantes y 40 guías. Éstos no provenían sólo de Comunión y Liberación, sino que había también estudiantes universitarios y personas procedentes de otros grupos, como los seminaristas de los Padres Misioneros de la Consolación, o de los Apóstoles de Jesús. En algunos de ellos se ha despertado el interés por el movimiento, como decía Mr. Gerard Adheru, un profesor de la Kenyatta University que trabajó como guía. Nos explicaba por qué: «Nadie se espera que un profesor universitario trabaje como guía y por ello me preguntaban continuamente. Mi presencia allí les llamaba poderosamente la atención». ¿Qué empuja a un profesor a pasar tanto tiempo en una exposición? Respondía: «Es algo que no puedo explicar, como un fuerte deseo. No sé de dónde proviene, pero era como si yo me viera empujado hacia esa exposición. Tenía muchas cosas que hacer, pero me decía: “Aquí hay una tarea que debo llevar a cabo”. Y seguramente fue por gracia de Dios por lo que hice todo». Santina, otra guía generosa y entusiasta, decía: «Me di cuenta de que la exposición me daba ese algo que yo buscaba. Ha supuesto un modo de poner en marcha lo que yo había estado esperando. Los guías del movimiento no sólo han acompañado a las personas entre los paneles, sino que han dado un fragmento de sus propias vidas».
La exposición ha constituido un signo de unidad de la Iglesia de Nairobi, ya que muchos grupos católicos se han implicado en su organización. La unidad deriva de la fe común, que es reconocer la presencia de Jesús entre nosotros, como decía Consolata: «Al término de la exposición, hablando con los seminaristas que habían venido a hacer de guías, me impresionó que todos habían encontrado algo grande para sus vidas en la misma». Pero el mayor testimonio de unidad lo dieron los miembros del movimiento de CL que trabajaron codo con codo desde el inicio de los trabajos (construyendo los soportes para los paneles en el colegio de San Kizito, instalando los paneles, emplazando las luces, limpiando el salón), durante los días de la exposición (haciendo de guías) y al término de la misma (desmontando todo y limpiando el local).

Cómo nace la fe
La exposición ha sido un auténtico éxito y la gente se ha quedado impresionada por la experiencia de los primeros cristianos. En Kenia hay muchas religiones (los cultos keniatas tradicionales, el islamismo, hinduismo, cristianismo) y muchas Iglesias diferentes. Algunas veces, por falta de formación catequética, los católicos son incapaces de responder a las provocaciones de los protestantes y necesitan por ello de un conocimiento más profundo de las circunstancias históricas en las que nació la Iglesia y nuestra fe. Necesitan saber de dónde viene su fe y cuándo tuvo su origen, es decir, conocer la historia de la Iglesia, la Tradición. Han revelado esta necesidad a través de las preguntas dirigidas a los guías, o sencillamente, mostrándose muy atentos. «He visto personas que tomaban apuntes de lo que les decía», contaba Mr. Adheru. Y explicaba por qué: «A veces, en Nairobi, la gente no está siquiera en situación de hacer preguntas, hay cosas que se ignoran por completo. La exposición ha ayudado a sacarlas a la luz. Estas personas tienen muchas ganas de conocer, de plantearse cuestiones que antes ni siquiera se habían formulado».
Otro ejemplo de esta voluntad es lo que le sucedió a Santina: «Conocí a una chica universitaria que quería escribir una redacción sobre la fe católica, porque muchos de su clase son protestantes y le preguntan por qué ella es católica. Inquieren las razones por las que pertenece a esta Iglesia y ella quería saber más acerca de la Iglesia para poder defender su fe ante todas esas personas». Pero tal vez la demostración más clara de la importancia de este evento para los keniatas haya sido lo que Santina decía respondiendo a la pregunta: «¿Qué tipo de personas han demostrado un mayor interés?». «Los que más entusiasmados estaban eran quienes se habían metido allí por casualidad y se quedaron impresionados hasta el punto de regresar llevando consigo a otros para que vieran lo que ellos habían visto».