UniversIDAD

Veteranos y novatos

Ciento veinte universitarios pasan tres días de estudio en la montaña. Con amigos y profesores se reúnen para hablar de Dante y Miguel Ángel, de periodismo y filosofía, y profundizar en su amistad

Francesco Fadigati, Elena Casazza, Maria Elisa Le Donne

Caspoggio, 25-28 de abril de 2002. Ochenta veteranos y cuarenta de primero de Filosofía y Letras de la Universidad Católica hacen una salida animados por el mismo deseo: profundizar en el interés por el que están en la universidad.

La universidad ha cambiado y, como consecuencia, también la tradicional “salida de estudio”. Ya no existe el examen de Literatura Italiana, con su mole de “apuntes machacados” para el que los de primero necesitaban ayuda. Desde primero, la multiplicidad de ramas obliga a tener que presentarse a una marea de exámenes en junio. Es fácil perderse o quedarse en conceptos. Por eso empezamos a tomarnos en serio las cosas que más nos interesan para poder profundizar en toda su belleza y mostrarla a nuestros amigos.

Para preparar la salida de estudio, hablamos con algunos profesores, propusimos temas sobre los que investigar, invitamos a compañeros de curso y estudiamos hasta entrada la noche. Surgió así la Lectura Dantis de Pietro (un chico de tercero), el curso sobre Miguel Ángel de los estudiantes de arte y los encuentros con los profesores que aceptaron nuestra invitación. Desde el principio, se impuso un hecho nuevo. Un incremento del interés y la espera que nos había empujado a estudiar las llamadas materias humanísticas, que peligraban bajo el peso de los papeleos de la secretaría, los cuadernos y la falta de asistencia a las clases.

Nada por descontado
Al presentar la iniciativa, el primer día, alguien dijo: «A pesar de ser mi quinta y última salida, no doy por descontado el hecho de estar aquí; estoy lleno de espera, porque los signos, sobre todo la pasión con la que mis amigos han preparado estos días, me hacen estar seguro de que algo grande va a ocurrir. Por eso quiero estar atento, estar con todo mi ser para entenderlo, para verlo».

Llegaron a Caspoggio muchos profesores y profesionales para hablarnos de su trabajo y sus intereses, o sea, de su vida. El profesor Rovetta introdujo su charla diciendo: «El interés concreto por el arte puede implicar el interés más grande de todos que es la vida». Y es así como empieza Universitas: en marcha con un maestro por un camino donde todo puede colaborar en construir la unidad del yo.

Dieciocho encuentros en tres días: de Dante y Miguel Ángel al periodismo, el cine y la filosofía. Todos decían claramente que a partir del atractivo por algo concreto y de una espera abierta y dispuesta frente a lo real se puede descubrir algo interesante y decisivo para la vida. El profesor Milanese, “desterrado” de la cátedra de Latín de Letras a la de Lenguaje Informático de Idiomas, llamó “texto” a «cualquier evento, lectura, persona que aguijonea el alma y genera un cambio en la vida». El profesor Lenoci, que imparte Filosofía Contemporánea, afirmó que la investigación de la verdad consiste en profundizar en una relación que nos construye, por lo que la finalidad de la filosofía no consiste en descubrir nada nuevo, sino en reconocer cada vez más que lo que ya existe no es banal sino decisivo para la existencia. El profesor Bona Castellotti, hablando de su experiencia como historiador de arte, apeló a la importancia de situarse ante una obra de arte con una pregunta, deseosos de captar el sentido y comprender a quien la hizo, dónde surgió y cuál fue el contexto histórico que la generó.

¡No os conforméis!
Ponerse ante un hecho atentos a lo que ocurre fue precisamente la clave de la unidad entre encuentros tan diversos, momentos de estudio personal, veladas de juegos y cantos. Como dijo una chica que participaba por primera vez: «En estos días profundizando en el estudio concreto hemos podido vivir a 360».

Eso corroboró “Giancarlino” Ronzoni, al que habíamos invitado a un diálogo, precisamente porque cuando lo conocimos hacía pocos meses, nos sorprendió la claridad con la que hablaba de que la vida no se juega en una serie de actitudes morales, o de cosas que hacer, sino en la fidelidad a un hecho, al encuentro con alguien (para él un grupo de bachilleres, Giussani, Cesana...) que ama tu vida y abraza todo de ti, sin censurar nada, incluso tu mal. Por esto se puede mirar a la vida entera y descubrir que todo es útil para caminar hacia nuestro destino.

Al volver a la universidad estamos agradecidos porque vemos los primeros frutos de estos días de convivencia en la vida de muchos, en la relación con los profesores con los que continúa un trabajo y en cómo se siguen las clases y se desarrolla la vida universitaria.

«Si sois lo que tenéis que ser, prenderéis fuego al mundo entero. No os conforméis con las cosas pequeñas. Él, Dios, las quiere grandes» (santa Catalina de Siena).