Argentina
Es un llamamiento del Señor
Apuntes de una sobremesa con don Giussani para relatarle los
hitos, las impresiones
y los juicios de nuestro reciente viaje a varios países de América
Latina, empezando por Argentina
a cargo de Alver Metalli y Mario Molteni
Actualmente, la comunidad de Argentina cuenta con muchas personas comprometidas
en la vida de la sociedad, con serias responsabilidades civiles (en la universidad,
las empresas, el gobierno de las provincias y la dirección de colegios)
y cordialmente unidas entre ellas. Prueba de ello, la vivacidad (y la agudeza)
con la que se ha discutido la posición a asumir ante las elecciones presidenciales.
Se han entablado relaciones con personalidades de la vida nacional, entre ellas,
el cardenal de Buenos Aires, el director de La Nación (el segundo diario
del país) y uno de los candidatos presidenciales.
Lo cual resulta muy esclarecedor. La CdO nació hace unos años trasladando
lo que se estaba haciendo en Italia: una red de empresas con y sin ánimo
de lucro sostenida por servicios comunes, acuerdos bancarios y otras iniciativas.
Esto ha contribuido ciertamente a generar obras, que sin embargo quedaban al
margen de la vida de muchos adultos. La experiencia hoy va más allá de
la sigla CdO. Quienes la viven se siguen preguntando: «¿Cómo
puedo yo, personalmente, construir la CdO?». Quizá sea bueno liberarnos
de una imagen abstracta, que puede ralentizar un crecimiento natural. Tanto en
Argentina como en Brasil, la CdO puede empezar simplemente con personas que tratan
de compartir un juicio a partir de su presencia en la sociedad, y procuran que
su afán por construirla esté imbricado en un organismo. Por esto,
dependiendo de la historia de cada país y cada ciudad, la CdO puede asumir
la forma de vínculo entre escuelas libres, entre organizaciones sin ánimo
de lucro, entre gremios de profesionales o profesores universitarios, o como
una red de empresas. En su origen siempre está el deseo de compartir un
juicio sobre la realidad que se vive.
Giussani: Estoy totalmente de acuerdo.
Algunos responsables de la obra del P. Mario Pantaleo habían solicitado
nuestra colaboración con el fin de que pudiésemos contribuir a
mantener vivos los ideales que la impulsó. Los temores iniciales acerca
del futuro de la obra y el tipo de relación institucional a instaurar
con el movimiento han dado paso a una confianza, según el método
que nos has enseñado siempre. Se ha puesto en marcha un proyecto de AVSI
en el sector educativo, y un grupo de amigos (tanto italianos como argentinos)
ha empezado a trabajar con ellos. Al cabo de un tiempo, propusieron a los compañeros
de trabajo la Escuela de comunidad, y ahora una docena de personas se reúne
de forma estable. Es un grupo pequeño (los empleados de la obra son algunos
centenares), pero tiene un gran valor. Algunos de los responsables de la obra
participan en estos encuentros. Es una decisión personal tomada por cada
uno de ellos.
Es un llamamiento del Señor. Es como si dijese: «Dejad de perder
el tiempo y daos prisa en responder». Argentina podría convertirse
en el punto de “desembarco” número uno.
Hace un año, después de la conversación contigo, empezó una
amistad operativa entre muchos amigos míos de Italia y las distintas situaciones
de América Latina. Me pregunto si no es quizá el momento de proponer
más explícitamente que esta amistad operativa pueda convertirse
en la obra de algunas Fraternidades.
¡Ya lo creo!
Que se convierta en la tarea de algunas Fraternidades puede implicar una respuesta
más sistemática a las necesidades que vienen de allá, puede
significar incluso que alguna familia pueda partir por algunos años...
Hay que darle la vuelta a la situación, vencer la posición que
el siglo XIX nos dejó, es decir, que la misión era una cuestión
de los curas. La difusión del cristianismo después de los primeros
siglos se produjo por el empuje que recibió de los grupos que habían
entrado en contacto entre ellos. Y los hijos de los padres que entablan una relación
con vosotros, cuando vayan a Italia, a España o a Francia para estudiar, ¡recibirán
una gran acogida!
Es muy distinto pensar en ir de misión sabiendo que tienes un grupo de
amigos que se hace cargo de tu situación y que, por ejemplo, te ayudará en
el trabajo y en las demás cuestiones cuando sea el momento de volver a
Italia.
Y participar en una acción concreta como esta ayuda a que se trabaje con
tranquilidad. Realmente participamos en un mundo nuevo. Muchas iniciativas nacieron
en su momento como nubecillas. Con el tiempo se convertían en nubarrones,
y terminaban en un chaparrón, porque en última instancia eran inconsistentes.
Ahora es el tiempo de la abundancia de obras.
A veces, observando a algunas comunidades, se ve la necesidad de que estén
más presentes en la vida pública, más ligadas al contexto
cultural, más conectadas con la situación social de todos.
Es necesario que una actividad incipiente llegue a ser capaz de sostenerse y
propagarse. Llegarán tiempos en los que sólo los que hayan superado
estas dificultades podrán resistir y mantener sus posiciones. Me refiero
al hecho de que algunos sienten la necesidad de que la escuela libre esté legitimada
también por el Parlamento. El camino a recorrer es éste.
Tenemos cierta facilidad para entrar en las obras católicas. Normalmente
nuestra presencia en un lugar empieza con un encuentro o una invitación,
pero quizá sea justo potenciar también una atención a la
esfera social, a las instituciones públicas.
Este “también” revela una capacidad de retomar. El “también” cristiano
es sobre todo la humanidad de la que Dios se sirve. Leed bien todo lo que ha
sucedido en EEUU. Es el fenómeno más impresionante que se ha dado
en nuestra historia. En los últimos Via Crucis han participado muchos
obispos de Norteamérica.
El Señor nos brinda ocasiones decidida y totalmente favorables en terrenos
que parecerían marcescentes como hojas, gracias a que nuestra lectura
cristiana de la situación es radicalmente nueva, parte de una conversión.
El plan para EEUU existe; para América Latina hay que hacerlo. En cualquier
caso, gracias a Dios, ¡nuestro plan es dejar hacer a Dios!
Los responsables de la obra del P. Mario te enviaron una carta en la que afirman
algo de gran valor. Dicen que si el restringido grupo de personas que tiene la
responsabilidad de la dirección de la obra faltase al mismo tiempo, nos
confiarían la tarea de designar a los sucesores. Se trata de una manifestación
de gran confianza y de un dato tranquilizador. Lo cual, nos impulsa a trabajar
juntos sin detenernos en qué disposición formal dar a nuestra colaboración.
¡
Es conmovedor! Lo que Dios ha generado en los últimos dos años
llama la atención. Porque ciertamente es un gran resultado. En Argentina
será posible crear una acción popular, sin presunción, que
ame verdaderamente al propio pueblo y lo sirva.
Particularmente impresionante es lo que mons. Panizza ha promovido con un grupo
de chicos de la Universidad de Lima. Quince de ellos han venido a hacer un curso
de post grado en empresas italianas seleccionadas gracias a la Universidad Católica
y se han alojado en nuestras familias.
Hay que rezar todos los días a la Virgen para darle las gracias.
Para ellos ha sido una oportunidad excepcional, y nuestras familias están
agradecidas por haber tenido la posibilidad de hospedarles.
La clase intelectual en todo el mundo se ha abierto al catolicismo porque ha
resultado evidente que éste realizaba una cultura universitaria y abría
a la esperanza en el futuro.
En los últimos dos años he vivido en Méjico por motivos
de trabajo. Ahora ha surgido la posibilidad de establecerme en Uruguay.
¡ La Virgen de Guadalupe lleva adelante su proyecto!
El arzobispo de Montevideo, mons. Nicolás Cotugno, ha expresado
el deseo
de que algunos miembros de los Memores Domini puedan establecerse allí.
Uruguay se conoce por haber estado históricamente bajo la influencia de
la masonería. ¡Con el tiempo podría incluso surgir una casa
de los Memores Domini en el corazón de un país masón!
Estoy seguro de ello.
El arzobispo vino a Roma antes de Pascua y planteó a la Conferencia Episcopal
italiana el proyecto de una radio católica de ámbito nacional en
Montevideo. El proyecto ha sido aprobado y financiado. ¡Bonita coincidencia!
Es una coincidencia que me produce escalofríos. Da vértigo contemplar
el panorama hasta su horizonte último. Nos encontramos en una segunda
etapa y el Señor nos dará la posibilidad de intuir los pasos que
hay que dar. Ha entrado en Norteamérica, también entrará en
América Latina. Nosotros esperamos que allí donde el Señor
nos ponga como motas de polvo nazcan cosas nuevas. ¡Este es el tiempo de
la Virgen!