La Universidad del Cono Norte Para formar a hombres libres
Nacida hace cuatro años en un populoso barrio de la periferia de Lima por iniciativa de Monseñor Lino Panizza, la universidad sigue desarrollándose. Su secreto: una amistad que atraviesa el océano

Giancorrado Peluso Fiorenzuola

Quince estudiantes peruanos de la Universidad Católica Sedes Sapientiae de Lima participaron, de enero a marzo, en una estancia de estudio y trabajo en la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán. La experiencia permitió seguir de cerca el trabajo de once empresas y cuatro colegios nacidos de una libre iniciativa en ámbito social en Lombardía. Una vez de vuelta a la universidad de Lima, los quince no traen sólo el recuerdo de una experiencia única por la riqueza de encuentros humanos y profesionales, sino también el deseo de recrear en su ambiente lo que han visto: los frutos maduros de una solidaridad entre universitarios y trabajadores de CL que, en el tiempo, han generado respuestas eficaces a sus necesidades y a las de los demás.

Protagonismo
En la situación actual de Perú hace falta más que nunca un protagonismo igual al que los chicos han podido compartir en Milán. Los acontecimientos dramáticos de los últimos meses y el estado de emergencia en algunas provincias han puesto de manifiesto la importancia capital del problema educativo.
Por iniciativa de mons. Lino Panizza, obispo de una reciente diócesis peruana, se logró que el sueño de un centro superior de estudios donde se formen «profesionales responsables y hombres libres» (como recita el Estatuto) comience a realizarse en una zona de Lima que se conoce como Cono Norte y que cuenta con más de dos millones de habitantes. La idea nació en 1998, durante las primeras visitas a la nueva diócesis, junto a la convicción de que la respuesta a los gravísimos problemas sociales (familias casi inexistentes, desempleo, trabajo ilegal, falta de servicios públicos y estructuras para jóvenes, delincuencia juvenil...) podía darse a partir de la educación, o sea, formando docentes capaces de «educar a las nuevas generaciones en la tarea apasionante de abordar la realidad con plena responsabilidad».

2200 matriculados
La Sedes Sapientiae se inauguró el día de Pentecostés de 1998 y abrió sus puertas en febrero de 2000 con un centro de preparación para los exámenes de admisión –obligatorios en Perú– y 550 inscritos en las dos facultades de Ciencias Económicas y Comerciales y Ciencias de Educación. Hoy, después de cuatro años, los matriculados son 2.200.
En el Cono Norte la Universidad ya es un punto de referencia para muchas realidades, tanto del mundo eclesial –colegios diocesanos, parroquiales o llevados por congregaciones religiosas– como de las estructuras estatales: varios centros educativos han solicitado estudiantes de la Universidad para desarrollar las prácticas obligatorias en la estructura universitaria peruana. El Centro de la Universidad para el Apoyo a la Pequeña y Mediana Empresa (CEASE) cada vez adquiere más relevancia como enlace entre estudiantes y mundo laboral. Sus cursos, fruto de la constante investigación de mercado y análisis estadísticos del departamento de investigación de la Universidad, son estimados y han permitido una red de relaciones con importantes instituciones, como la Cámara de Comercio Italiana y la Escuela Superior de Administración de Lima.

Objetivos
El objetivo de los últimos semestres ha sido mejorar la calidad de los cursos y de la enseñanza: el nivel de preparación de los alumnos no es homogéneo, ni siempre está a la altura de un currículum universitario. La situación económica de muchas familias –a menudo precaria– no permite el pago regular de las cuotas universitarias (las más bajas de los dieciséis Ateneos privados de la capital), y esto repercute negativamente sobre el empeño de los que asisten a las lecciones. Abordando esta situación, la Universidad ha ideado varias formas de ayuda a los estudiantes, sobre todo para los más destacados: desde las becas a las bolsas de trabajo, inclusive en la Universidad misma (biblioteca, comedor, cafetería, centro de imprenta). Un porcentaje considerable de chicos (15% cerca) puede así continuar sus estudios.

Propuesta académica
El esfuerzo que se va haciendo en esta dirección se acompaña con una atención constante a una propuesta académica y científica de alto nivel: muchos cursos (en particular los generales de Historia, Literatura, Ética y Teología (obligatorio en todas las universidades católicas) cuentan con la participación de grandes personalidades del país y del extranjero sobre diferentes temas: Bioética, diálogo interreligioso, doctrina social de la Iglesia, cuestiones históricas y literarias... Junto a los cursos académicos ordinarios se desarrollan también los llamados “Miércoles económicos”, encuentros con personalidades significativas del mundo de las empresas. Estas actividades tienen una estructura de seminario y forman parte integrante en los planes de estudio, así que se va trazando, en el tiempo, una nueva fisonomía de los contenidos en muchas áreas. A este respecto, durante el control anual de la autoridad nacional de las universidades (CONAFU), un inspector, ex profesor de Pedagogía, manifestó su sorpresa con estas palabras: «Aquí no hay sólo un proceso recíproco entre dos actores, el docente y el estudiante, sino que hay también un tercer factor: la realidad».

El horizonte
En resumidas cuentas, el horizonte del mundo invade la universidad con sus problemáticas y sus exigencias. Después de los acontecimientos trágicos del 11 de septiembre en Nueva York, o durante el conflicto en Oriente Medio y la guerra en Iraq, o después de la larga huelga de los 280.000 maestros del país, se organizaron debates de libre participación para comprender, conocer y juzgar esos acontecimientos.
En el Congreso internacional del año pasado se decidió afrontar con claridad el tema de la educación. En esta ocasión Javier Prades, profesor de Teología en la Universidad San Dámaso de Madrid, presentó y comentó los contenidos del libro Educar es un riesgo. Su charla, además de ser un juicio sobre la realidad educativa de la sociedad moderna, trazó los rasgos de lo que la universidad quiere ser en este momento histórico.
Ya don Giussani lo vislumbró en la carta a Monseñor Lino Panizza por la ceremonia de apertura del año académico 2000: «El nacimiento de una Universidad Católica representa un desafío hermoso, y que llena de entusiasmo a quién tiene fe en Jesús: demostrar al mundo, a través de el enseñanza y el estudio, el carácter razonable de la fe, una fe que tiene que ver con la vida y que pone a la persona en las mejores condiciones para afrontar cada circunstancia y cada problema que surja cotidianamente».

Nuevas iniciativas
Si la Universidad se esforzó en estos años por abrirse al mundo, “el mundo” ha entrado en la Universidad a través de una multitud de amigos de diferentes países. La relación con CESAL en Madrid y en Lima permitió la construcción de nuevas estructuras para la didáctica y facilitó el trabajo de investigación sobre la realidad económica del territorio. De la colaboración con esa ONG española asociada al grupo AVSI Internacional nació una obra educativa de vanguardia en Huachipa, asesorada por los amigos del CREN de Brasil, ubicada en una de las zonas más pobres de la periferia del Lima, donde ya algunos alumnos realizan sus prácticas profesionales.
La ayuda continua de algunas familias italianas a los padres Michele Berchi y Giovanni Paccosi, profesores de los cursos de Teología y responsables de la Pastoral universitaria, se traduce en becas para los estudiantes. La realidad de los amigos de la Bocconi, reunidos en “All’opera”, es para la Universidad un punto de referencia permanente. Además se han empezado relaciones con el Consorcio de los Bienes Culturales de Turín, a raíz de las cuales se organizó un importante congreso en enero; en junio, también se desarrolló un seminario de estética, con algunos docentes de Filosofía de las universidades de Turín y de Bari. Cabe mencionar los dos importantes congresos internacionales organizados, uno en noviembre sobre la Bioética y, el otro, en abril, sobre la Literatura comparada.
Finalmente, con la colaboración de la región Liguria se creó un centro multimedia que permite acceder desde la Universidad a contactos académicos con otros ateneos europeos y también con la Universidad Virtual nacida por iniciativa del padre Carlo d’Imporzano en Colombia.