Vida puertorriqueña

Crónica del Conversatorio “Por qué ser cristiano dos mil años después”, celebrado el pasado septiembre en el Salón Gran Atrio del Museo de Arte, con motivo de la presentación de Los orígenes de la pretensión cristiana. La intervención del Arzobispo de la Archidiócesis de San Juan

JOSÉ I. IRIZARRY

Albert Einstein decía que hay dos maneras de vivir la vida: vivirla como si nada de lo que nos ocurriera fuese un milagro o vivirla como si todo lo que nos ocurriera lo fuese.

Hace dos años, en una reunión que tuvimos en San Juan, a la que asistieron Mons. Lorenzo Albacete, el Prof. Giuseppe Zaffaroni, Raffaello Benetti, Daniel Aguilar, la Prof. Lottie Irizarry, el Prof. José I. Irizarry y S.E.R. Mons. Roberto O. González, Arzobispo de la Archidiócesis de San Juan, hablamos sobre la posibilidad de presentar el libro de don Giussani Los orígenes de la pretensión cristiana. Nuestro Arzobispo había asumido recientemente la responsabilidad de dirigir la Archidiócesis y teníamos todos un especial interés en que participara en la actividad. Para ese entonces él era también Administrador Apostólico de la Diócesis de Corpus Christi, Tejas, EEUU. Esto lo obligaba a estar atendiendo constantemente los asuntos de Puerto Rico y Tejas, lo cual le dejaba muy poco tiempo libre para otros menesteres. Esta circunstancia lo llevó a pedirnos que pospusiéramos un año la celebración del acto. Y así se hizo.

Manos a la obra
Cuando se estableció la fecha, nos dimos a la tarea de realizar todo lo adicional que faltaba y que no era poco. Teníamos que elegir dos ponentes y también el lugar donde se celebraría la actividad, que debería ser un ambiente de acuerdo con la naturaleza de lo que nos proponíamos. Obviamente, para que la iniciativa resultara exitosa, necesitábamos realizar unas gestiones efectivas de promoción.

Para acompañar al señor arzobispo, seleccionamos al licenciado en Derecho, Rafael Hernández Colón, ex gobernador de Puerto Rico durante tres términos, con unos méritos intelectuales y culturales fuera de lo común. También invitamos a la doctora Carmen Dolores Hernández, una distinguida crítica literaria. Ambas personas aceptaron la invitación y dijeron sentirse muy honrados por la invitación.

La promoción
El Club Rotario de Monacillos se ofreció como coauspiciador. Para el lugar pensamos en las recién inauguradas instalaciones del Museo de Arte, que albergan uno de los más importantes museos del país, y cuyo salón tiene un aforo de 400 personas. Al hablar con la Directora Ejecutiva del museo sobre la actividad, se interesó mucho en la misma y nos propuso coauspiciarla. Siendo el museo coauspiciador, no cobró por el uso de los salones.

Realizamos unas gestiones de promoción con los 176 párrocos y las 75 escuelas católicas de la Archidiócesis de San Juan. Además, el periódico, las dos radioemisoras y la televisora de la Archidiócesis anunciaron la actividad. También acudimos a otros medios de comunicación. El resultado fue llamativo: el bello Salón Gran Atrio estuvo repleto de personas. La radio católica de la diócesis transmitió en directo todo el diálogo.

Más que simple tertulia
Un acto que lleva por título “Por qué ser cristianos dos mil años después”, llama mucho la atención, especialmente cuando se celebra ocho días después de la tragedia de Nueva York y Washington.

Después de los mensajes de bienvenida y la presentación de los ponentes, el Prof. Zaffaroni, quien ejerció como moderador, destacó en su introducción que esta iniciativa respondía al deseo de buscar una respuesta al interrogante planteado. Citando el libro presentado, señaló que «en dicha pregunta se juega hoy la cuestión religiosa; en cualquier caso, para cualquier individuo a quien alcance esta noticia, el simple hecho de que haya incluso sólo un hombre que afirme que ‘Dios se ha hecho hombre’ plantea un problema radical e ineliminable para la vida religiosa de la humanidad» (p. 44). Siendo así, alegó el moderador, «la actividad de esta noche no puede ser una simple tertulia. Por esa razón, están con nosotros tres puertorriqueños empeñados con la realidad y los problemas de Puerto Rico».

Las ponencias
S.E.R. Mons. González ofreció un testimonio extremadamente vigoroso (que publicamos en estas páginas). Igualmente impactante fue el inteligente análisis del libro llevado a cabo por el Lic. Rafael Hernández, más aún sorprendente cuando quien lo ofrece es un curtido político, luchador de mil batallas, con muchos triunfos y derrotas, gobernador por tres términos.
Él enfatizó sobre todo el hecho que después de la Encarnación, el planteamiento religioso deja de ser un esfuerzo humano para entrar en contacto con lo sagrado y cambia a una presencia de Dios ante la humanidad. Dios ha venido a ser hombre y la religiosidad ya no depende de lo que pueda pensar o imaginar el ser humano, sino de la voluntad de éste de aceptar a Cristo como la revelación de Dios en la historia. Si es cierto que Dios se hizo hombre, entonces el camino de Cristo es el camino verdadero hacia Dios.

Carmen Dolores Hernández intervino a continuación. Comenzó con una reflexión acerca de los efectos sobre la humanidad de la catástrofe del 11 de septiembre en los Estados Unidos. Señaló que, ante una situación como esa, las respuestas del ser humano se muestran insuficientes.
Afirmando que Giussani en este libro parte del punto cero, es decir, de la relación del hombre con Dios, hizo un paréntesis para examinar la palabra ‘Dios’, terminando con la equiparación de Dios con la experiencia de una trascendencia, cuya realidad es inaprehensible en su infinita variedad y riqueza y continuidad.

El hecho central
Citando Los orígenes de la pretensión cristiana, dijo que el cristianismo no es tanto una doctrina, sino un encuentro con un Dios que es trascendente, pero también histórico: con la segunda persona de la Santísima Trinidad. Continuó diciéndonos que ese es el hecho central del catolicismo ante el cual tenemos que tomar una posición. Afirmó que no se trata de un mito, ni de un símbolo, sino de una realidad histórica que no deja dudas - por los recuentos - de la pretensión divina de la persona que se llamó Jesús. Lo importante es aceptar la validez de la noticia o plantearse qué hacer con ella.

Interludio musical y ecos
Después de esta intervención tuvimos un interludio a cargo del Coro Sinfónico de Puerto Rico, que interpretó magistralmente cuatro espléndidas piezas de la tradición polifónica cristiana. La velada se cerró con una sesión de preguntas. Zaffaroni concluyó con una frase puesta casi al final del libro: el Destino no ha dejado solo al hombre. ¿Qué más deseamos que esta certeza?
La Iglesia existe para que acontezca de nuevo la fascinación no por un Cristo que existió, sino por un Cristo que acontece y está presente hoy.

¿Qué repercusión tuvo en la audiencia este encuentro? Baste con el comentario del P. Mario Mesa, OFM, amigo entrañable, pero con una gran capacidad de juicio imparcial: «Una respuesta [a los sucesos del día 11 de septiembre] desde la fe a esta hora del destino humano puede ser otro acontecimiento lúcido, vitalizador, abierto a una indecible esperanza, como es el que tuvo lugar en el atrio del Museo de Arte de Puerto Rico... La noche trascendió a una altura mental, teológica y estética de tal finura que no sé si en toda la historia de la Iglesia puertorriqueña se habrá fletado una velada de esta calidad que honra a la Iglesia de Cristo y a la mejor inteligencia del pueblo de Puerto Rico».