CL
Una mirada limpia
Testimonio de Ernest Sesay, de Sierra Leona, ante el Consejo Internacional
Soy Ernest, de Sierra Leona. Para mí, el hecho de que el movimiento crezca
es un misterio; y como es imposible comprender un misterio, nunca conseguiremos
explicar la razón de esto. Pero el misterio de este crecimiento pasa a
través de una forma, y esta forma es don Giussani.
Yo siempre había soñado con ser grande, tener estudios importantes,
pero el padre Berton cuando me envió a Italia me dijo: «Vas a vivir,
a conocer, a aprender cómo viven las personas de CL». Vine a Italia
y después de vivir una amistad con esta gran comunidad, mi vida cambió completamente
al volver a Sierra Leona: ahora trato de vivir con mi mujer y con las familias
del Family House Movement (fundado por el padre Berton) lo que aprendí allí.
El crecimiento es precisamente un encuentro. Por ejemplo, cuando Franco Nembrini
vino por segunda vez a Sierra Leona para definir la cuestión de la escuela
con AVSI, lo que queríamos hacer, tuvimos una reunión con el jefe
de los abogados de Sierra Leona (un hombre grande) y también estaba el
Subsecretario del Presidente de Sierra Leona. Se trataba de un encuentro muy
formal. Mientras explicaba lo que había vivido en Italia cité el
nombre de don Giussani y, de repente, el abogado me detuvo diciéndome: «Explícame
el carisma de don Diussani». Y precisamente para mí era este el
tema del discurso. Nembrini me ayudó a explicar quién era don Giussani,
y su carisma; el abogado estaba muy interesado en comprender más cosas
sobre este hombre.
En la oficina que acabo de abrir para llevar adelante los proyectos de AVSI,
de la escuela con La traccia, hay una chica musulmana. Lo primero que le he enseñado
es a rezar el Ángelus, porque es una de las cosas más importantes
que yo he aprendido. Le dije que también podía venir a rezar con
nosotros. Unos meses más tarde le pidió al padre Berton que le
escribiera algunas oraciones, para aprenderlas. Estoy muy agradecido a las personas
que me han convertido en un hombre que puede compartir lo que vivió en
Italia también en África: son muchas las personas, como Alberto
Piatti, Nembrini, Arturo Alberti, don Mauro,...son muchas las que me han hecho
crecer, me han hecho convertirme en un verdadero hombre. Por ello debemos someternos
a la voluntad de Dios.